compras-estatales

Compromiso y Empresa, por Mario Mongilardi

Compromiso y Empresa, por Mario Mongilardi

Justo cuando la comunidad empresarial en el Perú se encuentra convulsionada y desanimada por el reciente descubri­miento de los actos de corrupción que afectaron nuestro país durante varios quinquenios, me llena de satisfacción y orgullo el enterarme que el Gobierno acaba de otorgar a Samuel Gleiser Katz, destacado empresario, líder gremial y tenaz defensor de los derechos empresariales, la más alta condecoración que otorga el país, la Orden del Sol en el grado de Gran Cruz. Felici­taciones, Samuel.

Sin duda, este es un merecido reconocimiento a un ilustre pe­ruano que consagró su vida al progreso nacional, desde la trin­chera empresarial. Su larga, exitosa e impecable trayectoria es un digno ejemplo y fuente de inspiración para muchísimos jóve­nes que con la fuerza y determinación que los caracteriza, se lan­zan a la aventura de lograr sus sueños empresariales. También es un reconocimiento, en la persona de Samuel, a los cientos de miles de empresarios peruanos que cada día, desde sus respec­tivas empresas, arriesgan su tiempo y capital para contribuir al desarrollo nacional.

Los empresarios somos responsables del 80 % de la inversión en nuestro país, gracias a lo cual logramos crear empleo para cientos de miles de peruanos que gracias a su trabajo no forman parte de los más de seis millones de compatriotas que hoy viven en pobreza. Por el contrario, gracias al compromiso del sector privado nuestro país redujo sustancialmente la pobreza. Pero no es suficiente, debemos seguir en la senda del crecimiento que es la forma como los empresarios hacemos patria y contribuimos a construir un Perú más grande y solidario.

Esa es la labor del verdadero empresario, el que encarna Samuel, creando riqueza, generando empleo, pagando im­puestos, etc. Seamos claros, los empresarios somos un valor de la sociedad que es necesario apoyar y estimular. Pongamos al empresario en su verdadero nivel porque lo que tiene se lo ganó a pulmón. Distingamos claramente al empresario del de­lincuente que disfrazado de empresario, pretende ganar dinero mediante la corrupción.

Los empresarios condenamos firmemente la corrupción porque esta constituye una competencia desleal que afecta los princi­pios del mercado en perjuicio de los ciudadanos.

La condecoración merecidamente entregada a Samuel llega a los empresarios en el momento más oportuno. Reconoce la importancia que tenemos en la sociedad y renueva nuestro compromiso con el país, con nuestros trabajadores y con nues­tras familias. Los empresarios somos personas con principios y valores, que jamás debimos permitir que nos comparen con de­lincuentes. Eso se acabó. De ahora en adelante, nosotros los em­presarios nos distinguiremos como los ejemplares ciudadanos que somos y condenaremos a aquellos que confundidos entre nosotros son solamente viles delincuentes. Esta es una cruzada que nos compromete a todos.

La corrupción es un atentado contra la sociedad y es esta la que debe responder unida. Todos los que formamos parte de ella, servidores públicos, empresarios, trabajadores, etc., debemos organizarnos para erradicar esta lacra. Solamente con toleran­cia cero, la sociedad logrará vencer la corrupción para hacer de nuestro país un ejemplo a seguir.

Por ello, mi público agradecimiento al Samuel Gleiser Katz que hoy, cuando más se cuestiona la transparencia de los empre­sarios, nos recuerda nuestra esencia de rectitud y respeto a las normas que gobiernan nuestro diario desempeño. Gracias, Samuel, por hacernos ver que los empresarios somos pilares de nuestra sociedad, renovando nuestro compromiso de lucha por el bienestar nacional.

Fuente Diario Expreso

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »