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Corrupción en las instituciones, por Germán Velásquez

Corrupción en las instituciones, por Germán Velásquez

Uno de los principales riesgos que enfrentarán las organizaciones, tanto públicas como privadas, es el riesgo de corrupción. Este fenómeno se clasifica en: (I) La pequeña corrupción administrativa en la que muchos funcionarios públicos abusan de su cargo exigiendo sobornos o comisiones a cambio de consideraciones particulares. (II) La corrupción mayor que se configura en el robo del recurso público por un relativamente pequeño número de funcionarios. (III) La captura del Estado en la que se presenta colusión entre agentes públicos y privados para beneficio particular (Shah y Schacter, 2004).

Es responsabilidad de las organizaciones anticipar cualquier evento que pueda afectar sus objetivos. Es así que se desarrollan mecanismos de control para evitar la ocurrencia de sucesos que ocasionen impactos negativos.

Asimismo, debemos considerar que la confianza entre los actores genera beneficios inmediatos que redundan en la disminución de costos. Las organizaciones del lado de la oferta verán cómo crece la demanda de su producto; y los de la demanda, obtendrán el producto deseado en la oportunidad debida y al mejor precio de mercado. Por el contrario, la ausencia de confianza incorporará controles en las transacciones, produciendo demoras y sobrecostos que afectan los intereses de ambos. Encontrar el exacto equilibrio entre anticipación y confianza es el objetivo de una gestión eficiente.

Sin embargo, encontramos perspectivas y prioridades diferentes, situación que genera la presencia de brechas que pueden ser aprovechadas por inescrupulosos para originar eventos de corrupción. Esta situación demanda la mejora en sistemas de control buscando anticipar la ocurrencia de hechos que impedirán la atención adecuada, su objetivo principal es la optimización de los recursos disponibles.

El uso de la Cadena de Suministros para la identificación de riesgos de corrupción es una herramienta eficaz para blindar aquellos momentos en los que las transacciones son más vulnerables, permitiendo al gestor: (I) Identificar a los actores participantes, permitiendo reconocer los riesgos de actividades monopólicas o informales. (II) Recoger información sobre el producto, con el propósito de asegurar su idoneidad. (III) Considerar las utilidades financieras empleando análisis comparativos para determinar los precios de mercado. (IV) Comunicar y cumplir la planificación, a fin de que la información sea correctamente empleada y genere valor. (V) Mantener trazabilidad sobre los contratos, para evitar distorsiones que afecten el bien público.

La existencia de normas y el trabajo de instituciones anticorrupción contribuyen a la lucha contra este problema mundial; sin embargo, nuestro planteamiento busca anticipar las brechas en que se puede presentar el fenómeno, protegiendo e impulsando prácticas eficientes para combatir con éxito la corrupción, logrando así disminuir los costos de transacción y recuperar la confianza entre el sector público y la sociedad.

Fuente El Peruano

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