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La “buena corrupción” (Editorial de La República)

La “buena corrupción” (Editorial de La República)

La ex legisladora de Fuerza Popular Luisa María Cuculiza dijo en un acto partidario interno que Vladimiro Montesinos, asesor y socio de Alberto Fujimori, “no robó la plata del pueblo, sino del narcotráfico”. Agregó que no obstante, “ahora hay miles de Montesinos que se tiran la plata del pueblo”, y que son peores que él. La ex legisladora y ex ministra fujimorista, ahora asesora parlamentaria, lamentó que este tipo de temas no se puedan hablar ahora, pero dijo “que ya llegará el tiempo de hacerlo”.

De esta visión del régimen de Fujimori y Montesinos no nos habríamos enterado si la intervención de la ex parlamentaria en el acto partidario no hubiese sido grabada. Tampoco se sabe si esta explicación contemplativa de la corrupción ha sido vertida en otros eventos partidarios de Fuerza Popular.

A pesar de ello, estos argumentos deben ser tomados con la seriedad del caso, proviniendo de una destacada figura del fujimorismo, con 20 años de vigencia política en ese grupo y en algún momento vicepresidenta del Congreso. Más que una exculpación de Montesinos –que de hecho lo es y de modo grosero– se trata de la confirmación de la identificación de Fuerza Popular con Montesinos, a pesar del discurso formal y oficial que lo niega.

Las expresiones de Cuculiza confirman que para Fuerza Popular es difícil romper con Montesinos y que la asociación labrada entre el fujimorismo y el asesor tiene lazos que han resistido la prueba del tiempo. Habría que recordar que luego de los roces entre ambos durante la caída del gobierno que ambos dirigían, las relaciones se repusieron y que el asesor fue generoso al negar cualquier cargo contra su asesorado, y que de este no ha salido ningún cargo contra aquel.

Por otro lado, la justificación sobre la “buena corrupción” de Montesinos no es casual; corresponde a una narrativa sobre la corrupción, tolerante en relación a los tratos con el narcotráfico y otros grupos criminales, ignorando la peligrosidad social de estos delitos, y convirtiendo a quien negocia con ellos y les extrae prebendas casi en un Robin Hood moderno. Esa narrativa pertenece al universo ideológico del “roba pero hace obra”.

La ex legisladora también ha señalado que de esta historia no se pueda hablar ahora. Esto nos lleva a dos preguntas ¿Por qué no ahora? y ¿Cuándo podrá ser expuesta esta verdad? Resulta que ambas nos remiten a los afanes de Fuerza Popular por distanciarse del gobierno de Alberto Fujimori solo por razones de táctica electoral, como en otras oportunidades también ha sido evidente. Se presume entonces que el momento adecuado para reivindicar de ese modo a Montesinos sería luego de una hipotética victoria electoral de Fuerza Popular.

Resulta sin embargo que esta postura no es tolerante con un Estado de Derecho que exige posiciones sostenibles frente a la corrupción, sin dobles discursos ni contemplaciones nostálgicas respecto de delitos que la justicia ha sancionado en procesos justos. Solo imaginemos cómo un grupo político que reivindica en privado la corrupción puede presentar leyes para combatirla en público.

Fuente La República

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