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¿Son las empresas corruptas, o las personas? por Fabiola Morales Castillo

¿Son las empresas corruptas, o las personas? por Fabiola Morales Castillo

Desde el punto de vista de la ética, las personas son responsables de sus actos, porque son libres y su comportamiento conduce su vida, en concordancia con el valor que tiene la persona humana que es capaz de perfeccionarse, a lo largo de su existencia, si practica hábitos y virtudes. Por el contrario, si sus actos están reñidos con el bien, la persona se degrada y, si no reacciona a tiempo, es capaz de corromperse cada vez más.

Ahora bien, si en una empresa, como es el caso de las cuestionadas de construcción, trabajan muchas personas y la gran mayoría, como es de suponer, lo hace honradamente, es necesario separar por justicia “la paja del trigo”.  Tarea que no es tan fácil de realizar, por la sencilla razón de que hay una línea demasiado delgada entre los directivos y sus empresas, de las cuales dependen muchas familias.

Cuando los directivos de las empresas cometen actos de corrupción, como es el hecho de pagar un porcentaje del valor de un proyecto de construcción para obtener la buena pro de una obra del Estado, quizá ni su familia ni su entorno profesional se enteren, hasta que salta el escándalo; pero, quiéranlo o no, manchan el buen nombre de la empresa –inmediatamente bajan las acciones en la bolsa– y de sus colaboradores, de manera injusta.

La responsabilidad, sin embargo, de las actuaciones corruptas, debe pesar sobre las personas que las cometieron y no sobre los accionistas de la empresa, sus colaboradores y menos sobre sus familias; por este motivo, en los casos de corrupción descubiertos en la Federación Internacional de Fútbol, FIFA y la compañía de vehículos, Volkswagen, los directivos dieron un paso al costado y fueron sancionados, pero las instituciones quedaron en pie, por el peso de su buena reputación construida entre todos sus colaboradores a lo largo de las décadas.

Por tanto, cuanto más rápido se investigue y se llegue a descubrir a los responsables de las “coimas” y los actos delictivos; cuanto más pronto den un paso al costado y se les sancione, según su culpabilidad, estarán facilitando la supervivencia de sus empresas y la recuperación de su valor.

Fuente Expreso

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