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Luis Davelouis: Corrupción

Luis Davelouis: Corrupción

¿Estamos preparados para enfrentar la corrupción? Claramente, no. Hay dos cosas que me mantienen escéptico con respecto a los resultados de la investigación del caso Odebrecht y demás constructoras brasileras en el Perú.

La primera es el rol pasivo de la Fiscalía. Para que la situación se parezca a lo que sucede en Brasil, Marcelo Odebrecht tendría que estar en su casa entregándole a la justicia de ese país la información que él considera conveniente a cambio de un adelanto de reparación civil por el daño causado.

Pero no, Odebrecht está preso, como varios de sus socios y funcionarios, sus cuentas y las de la empresa congeladas, las oficinas cerradas y decenas de personas con comparecencia. Y todos obligados a colaborar para no ir demasiado tiempo al bote. En el Perú, Odebrecht hizo negocios por más de US$15,000 millones, pero no le cierran la oficina, no detienen a nadie y no congelan nada. Y todo a cambio de S/30 millones y una promesa de colaboración eficaz. Aquí se la llevan fácil.

Lo segundo es que, mirando el espejo de lo ocurrido tras la caída del régimen más corrupto de la historia reciente de nuestro país, muchísima gente involucrada salió bien librada. O porque su vladivideo nunca salió, o porque alguien se lo llevó, lo quemó o lo compró. O porque ante el tamaño de la corrupción de algunos la suya no parecía tan importante.

Y si eso pasó con un aparato de justicia independiente, aislado de todo lo demás que pudiera contaminarlo, ¿cómo será ahora que no existe tal aislamiento y la corrupción que se investiga involucra –posiblemente– a todos los gobiernos desde 1980?

Julia Príncipe ha sido fotografiada en una fiesta departiendo con connotados personajes por su polémica relación con la transparencia. Jodido, ¿no?

Fuente Perú21

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