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OEA: “Corrupción es una enfermedad hereditaria y no reconoce fronteras”

OEA: “Corrupción es una enfermedad hereditaria y no reconoce fronteras”

La corrupción es una enfermedad hereditaria y autoinmune en cualquier sistema político, y no reconoce fronteras, color político o niveles de fortaleza institucional, afirmó hoy el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Vea aquí la galería fotográfica

Durante la ceremonia inaugural de la VIII Cumbre de las Américas, señaló que los recientes escándalos de corrupción en la región han hecho asomar el problema, dando la impresión de que el fenómeno es nuevo, cuando en realidad este flagelo ha sido “omnipresente en la historia”.

“No es debido a la democracia, sino gracias a la democracia que el problema hoy se ventila con mayor franqueza y nos obliga a encararlo. Lo que hay que combatir es la enfermedad, no el sistema”, expresó Almagro, desde el Gran Teatro Nacional de Lima, escenario del evento.

Coincidió en que no existe país que esté exento del flagelo de la corrupción, pues unos la tienen en mayor proporción que otros, pero en cualquier caso se le debe enfrentar en todo el continente para poder vencerla.

Añadió que -aunque nunca muera- a la corrupción se le puede acorralar.

“Para ganarle se necesita entender las causas y nuevas expresiones de la corrupción en democracia, especialmente en democracias jóvenes como las latinoamericanas (…). La política no es una carrera para hacer dinero”, refirió el máximo directivo de la OEA.

En ese sentido, Almagro abogó por que los países de las Américas realicen los máximos esfuerzos para que haya “tolerancia cero” frente a este flagelo, porque “la corrupción engendra corrupción”, incluso al más alto nivel.

“Por eso no es posible el menor margen de tolerancia (…). La enfermedad de la corrupción hace que la democracia se debilite”, manifestó el ilustre visitante, ante los dignatarios asistentes a la inauguración de la cumbre continental, cuyo tema central es la gobernabilidad democrática frente a la corrupción.

Si bien dijo que no existe una receta mágica, el funcionario de la OEA recalcó que la defensa de los derechos ciudadanos es, desde la política, la manera más eficiente de atacar el problema.

Fuente Andina

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