Cuando uno pensaba que lo de Qali Warma era solo un lío de alimentos de baja calidad, resulta que era más bien un buffet de delitos surtidos. Esta vez, el Noveno Despacho de la Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, con el fiscal Reynaldo Abia al mando, se sirvió otro plato fuerte: 36 meses de prisión preventiva para seis nuevos implicados.
El caso, que ya tenía su propio “menú ejecutivo” con once detenidos, sigue sumando comensales con hambre de poder (y algo más). Entre los nuevos huéspedes del penal figuran perfiles variados: desde el jefe de conservas de Frigoinca, pasando por exfuncionarios del programa, especialistas alimentarios e incluso una inspectora de Digesa. Sí, el combo completo.
De raciones escolares… a paquetes judiciales
El festín de corrupción incluyó delitos dignos de cualquier serie de narcopolítica: organización criminal, colusión, tráfico de influencias y cohecho en todas sus formas y sabores (activo, pasivo, propio, y quién sabe si con gaseosa).
Los nuevos personajes de esta tragicomedia son:
- Edgar Capani, jefe de conservas (al parecer, también envasaba irregularidades).
- Davilton Rodríguez, exabogado del extinto Qali Warma (quizá su defensa más efectiva fue desaparecer).
- José Mera, especialista alimentario en Loreto.
- Miguel Rosales, supervisor en Lima y Callao (con vista privilegiada del caos).
- Deyvis Espinoza, técnico del programa.
- Yesabella Pazos, inspectora de Digesa (que no inspeccionó mucho, por lo visto).
Estos nuevos “ingredientes” se suman a los ya detenidos anteriormente en regiones como Puno, Ayacucho, Amazonas, Cajamarca y Ucayali. Al paso que vamos, la próxima audiencia será un almuerzo institucional.
Colaborador eficaz y otros platos por servir
La Fiscalía no se queda quieta. Además de los once con prisión preventiva, hay dos más que aún esperan audiencias sobre comparecencia con restricciones, y otro proceso que podría terminar en impedimento de salida del país para Fredy Hinojosa, exdirector ejecutivo del programa entre 2019 y 2022. Si no hay postre, por lo menos habrá más detenciones.
Y como en todo escándalo de proporciones, ya apareció un colaborador eficaz que ha decidido revelar su identidad, con tal de facilitar la faena fiscal. A estas alturas, hasta las conservas están hablando.
Mientras tanto, Qali Warma —ese programa que debía alimentar a niños y niñas en situación de pobreza— parece haber servido más contratos oscuros que desayunos nutritivos. ¿Y la ciudadanía? Viendo cómo se desenvuelve un guiso institucional que, lamentablemente, huele más a podrido que a fresco.
Fuente Diario Extra

