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Contraloría alertó que colegio valorizado en más de S/ 5,5 millones está abandonado

Contraloría alertó que colegio valorizado en más de S/ 5,5 millones está abandonado

La Contraloría General de la República señaló que la Municipalidad Distrital de Tacabamba (Cajamarca) no subsanó las deficiencias advertidas en 2016 con relación a la construcción de la institución educativa Víctor Antonio Herrera Delgado, valuada en S/ 5 544 881, lo cual afecta a más de 550 escolares.

Es por eso que el ente de control exigió a las autoridades municipales ejecutar acciones preventivas y correctivas para asegurar el funcionamiento de dicho colegio. La Contraloría aseguró que las deficiencias técnicas persisten y que el centro educativo se encuentra en estado de abandono.

El informe n.° 01-2022 precisó que existen partidas que no se ejecutaron de acuerdo al expediente técnico ni al análisis de costos unitarios relacionado a las juntas de dilatación con tecnopor que cuentan con un tarrajeo superficial y que presentan desprendimiento, fisuras verticales y deterioro de la pintura.

También se constató que las instalaciones eléctricas no se realizaron de acuerdo al expediente, pues no existe una conexión con la red de electrificación ni la instalación de los tableros.

Otras observaciones

Asimismo, el tanque elevado no se instaló conforme a la memoria descriptiva y plano general de las instalaciones sanitarias. A la fecha, no se realizó la conexión a la red de agua potable.

El equipo de control observó que los pisos de cemento pulido se encuentran en mal estado y con fisuras debido al inadecuado proceso de construcción y la mala calidad de los materiales. En tanto, las juntas de las veredas se ejecutaron con una mezcla de asfalto que no corresponde al expediente técnico.

Al mismo tiempo, la Contraloría verificó nuevas situaciones relacionadas a los servicios higiénicos que funcionan como almacén para crianza de gallinas, puertas sin cerraduras, mientras el cerco perimétrico de concreto presenta separación entre las columnas y fisuras en el muro de ladrillo.

Fuente La República

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