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Gobierno quiere comprar Blindados “chatarra” y vehículos fantasma

Gobierno quiere comprar Blindados “chatarra” y vehículos fantasma

Una iniciativa diseñada para que las Fuerzas Armadas mantengan su capacidad disuasiva y, al mismo tiempo, auxilien a los peruanos ante cualquier desastre natural, ya empieza a tener tropiezos: se están comprando vehículos blindados que no existen en el mercado, y además otros con el menor puntaje en la evaluación técnica.

EXPRESO tuvo acceso a diferentes documentos sobre el “Plan Estratégico Sectorial Multianual del Sector Defensa (PESEM) 2017-2021, aprobado en el tramo final del Gobierno de Ollanta Humala. En este, se proyecta invertir S/ 2,890’072,503 (US$ 830’480,604) por cinco años, a través de adquisiciones con desembolsos y entregas graduales de 301 vehículos blindados de infantería a ruedas, modelos 8×8.

De esto informamos hace unos días en el informe titulado “Ejército alista polémica compra de blindados”, pero el monto que se está ejecutando para todo lo planificado es mucho mayor.

En el caso del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, se acaba de firmar la buena pro con una empresa alemana por ocho equipos 4×4, a un monto aproximado de 270 mil dólares cada uno, lo cual da un estimado de US$ 2.2 millones.

Lo llamativo es que el modelo ofrecido no existe.

Como lo lee, amigo lector. Aurum Security Gmbh ofreció un vehículo que aún no entra en etapa de fabricación, pero que aprovechó el repentino cambio en las bases (ficha técnica) que había elaborado la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas.

El pedido original era “Vehículo todo terreno de ruedas o de tracción en la IV División del Ejército, en la localidad de Pichari, Alto, distrito de Pichari, Provincia de la Convención, departamento de Cusco”, y el objetivo era “garantizar la adecuada adquisición de estos vehículos de reconocimiento 4×4 con empresas fabricantes”.

“La empresa deberá de haber fabricado y suministrado un mínimo de 100 vehículos iguales a los especificados en el párrafo precedente o de mayor capacidad en uso militar, debiendo sustentar debidamente el suministro de estos bienes”, añade.

TIEMPO PARA FABRICARLOS

De un plazo de entrega de tres meses como máximo, pasaron a nueve meses. Es decir, el tiempo perfecto para que las adquisiciones pasen de la imagen generada por computadora, a la realidad y sean entregadas en el cuartel de El Agustino. Esto sucedió entre el 2 de abril y el 5 de junio, ampliando el tiempo desde la suscripción del contrato con el Estado peruano.

Como si fuera poco, se eliminó el factor de experiencia de los requisitos, con lo cual el modelo germano tuvo luz verde para postular y ganar. Anteriormente, ya se había sacado de un plumazo el contar por lo menos con cien vehículos de características similares.

El postor Sourcing Group había postulado con dos modelos, lo cual no fue observado, y que iba contra las normas de adquisiciones castrenses.

Nos comunicamos con la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA), pero nos indicaron que no se pronunciarían oficialmente, y que solo se habían basado en la información enviada por el Servicio  de Material de Guerra del Ejército, el cual es dirigido por el general de Brigada Abraham Sánchez Báez.

En cuanto a los 8×8, la entidad de compras delegó la responsabilidad en el mismo Ejército, el cual formó un Comité Especial Técnico Operativo (CETO), que determinará el proceso para conseguir los equipos requeridos por la Dirección de Logística del Ejército del requerimiento llamado “Mejoramiento en la capacidad de transporte blindado de Infantería de los batallones de Infantería Blindada y los Regimientos de Caballería Blindada en las Divisiones del Ejército Pacha Kuyuchix” (‘Sacudidor del mundo’, en quechua).

Este proyecto, aprobado por el alto mando castrense en junio del 2017, es una nueva etapa de la inversión de casi tres mil millones de soles para vehículos que tengan las 24 capacidades operacionales exigidas ahora “en cumplimiento de los Planes de Operaciones y Acciones Militares, así como para el apoyo social en caso de desastres naturales”.

Existe la “Alternativa 2”, que maneja una prioridad de repotenciamiento del actual armamento, cotizando el tipo de cambio a 3.48 soles, para una mejor proyección de gastos. Sin embargo, los equipos que se poseen ya acabaron hace mucho tiempo su estimado de uso.

“PLAN B”

Desde los años 70 se usaba el UR-416. Eran 178 comprados a la Mercedes-Benz de entonces, con una vida útil de hasta 20 años. Sin embargo, algunos ya cumplieron 44 años, y por más que se repotencien, ya no sirven para las nuevas expectativas del trabajo militar.

A pesar de ello, se proyecta cumplir con al menos la compra de 110 unidades en el actual quinquenio, y de allí evaluar si se hace un replanteamiento para los casi 200 vehículos nuevos que se podrían necesitar.

Es conocido que nuestros militares –desde las guerras de la Independencia– son expertos en optimizar recursos, y siempre se toma en cuenta ese factor para esperanzarse en su capacidad y creatividad, como ventaja en casos de emergencia.

Mediante Informe 001/OCT/DILOG/CETO, de fines del 2016, el CETO consideró que los modelos más adecuados para las necesidades de servicio eran  el Stryker ICV (EE.UU.), BTR 80’ (Federación Rusa), LAZAR III (Serbia) y el BTR 4 (Ucrania).

En el CETO había 15 oficiales de distintas especialidades, quienes en los últimos meses cambiaron de criterio respecto a todas las ofertas, excepto la del blindado norteamericano que maneja la empresa General Dynamics Land Systems.

Esta aparente coincidencia no sería tal, sino que los responsables del proceso se habían basado en el mecanismo “Ventas Militares al Extranjero (Foreign Military Sales-FMS)”, impulsado hace unos años por Estados Unidos

¿INTERESES OCULTOS?

Por ese tiempo, el gobierno de Donald Trump alistaba un lote de 178 vehículos de transporte militar M1126 Stryker de segundo uso. El precio total manejado era 668 millones de dólares.

“Entiendo que viene a comprar algunos de nuestros vehículos militares. Son grandes vehículos. Lo aprobamos, úsenlos bien”, reveló el propio Donald Trump cuando lo visitó el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski el 24 de febrero de 2017.

“El Departamento de Estado está resuelto a aprobar una FMS [Venta Militar al Extranjero] al Perú de vehículos Stryker de transporte de infantería reacondicionados, junto con repuestos, equipamiento y entrenamiento por un costo estimado de 668 millones de dólares”, dijo la prensa oficial de EE.UU., mientras el canciller peruano de entonces, Ricardo Luna, pretendía ocultar esta agenda oculta de Kuczynski.

El comité encargado del proceso incluso viajó a las instalaciones de General Dynamics Land Systems para evaluar la oferta, pero finalmente esta se cayó, cuando EXPRESO y otros medios de comunicación informaron que no reunía las características técnicas para la geografía peruana.

Ahora, a esto se agrega que Sánchez Báez, jefe de Material de Guerra, también fue consultado sobre las fichas técnicas que se evaluaban, y estuvo de viaje en Estados Unidos hace poco menos de dos meses. ¿Realizó también alguna visita o acercamiento al postor?

Nuevamente, intentamos obtener la versión de las instituciones del Estado imbuidas en el proceso. Desde el Ejército, se nos indicó que el comandante general, Jorge Celiz Kuong, aún no autorizaba difundir el tema; y desde el Ministerio de Defensa, que hablemos con el Ejército.

Cuando hicimos las consultas oficiales, sus voceros de prensa nos repitieron esta posición. Sin embargo, esperamos que nos brinden sus aclaraciones, por ser este un tema importante para el país, ya que aún quedan sospechas por compras dirigidas, pero lo más crucial es salvaguardar al máximo las vidas de nuestros soldados y de la población civil con el mejor equipamiento posible.

El Stryker es el más caro…

La revelación de que Donald Trump presiona para la dudosa compra de los vehículos militares modelo Stryker fue difundida primero por la website www.defensa.com.

Todo demuestra que el interés más fuerte en esta relación es el de Trump y el Pentágono de “colocarle” al Perú 178 carros blindados de transporte de infantería sobre ruedas M1126, de segundo uso, a 3.7 millones de dólares por unidad, precio muy por encima de los de versiones similares de carros rusos y coreanos, pero nuevos y acompañados por apoyo tecnológico que la propuesta estadounidense no considera, señalaba dicho portal.

En precios, la “oferta” de EE.UU. no tiene mayor atractivo, añadían los expertos. Un carro Stryker cuesta más de 2 millones de dólares por unidad, sin el offset o soporte tecnológico de ley, frente al 1.3 millones de los coreanos y 1.2 millones de los rusos, con offset incluido.

Compras con jefe interino

Hace nueve meses, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, César Astudillo Salcedo, remeció la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA), cuando comunicó al mismo ministro de Defensa (el ahora fallecido Miguel Huerta) que esta instancia no tenía la agilidad ni la capacidad técnica de ejecutar compras adecuadas para combatir al terrorismo aliado con el narcotráfico en el Vraem.

Ante el escándalo, Roy Carbajal Tarazona renunció a la jefatura de la entidad, como responsable del retraso en abastecimiento de uniformes y el material necesario para el desarrollo de las operaciones.

“Se han evidenciado recurrentes problemas para concretar actos preparatorios, descoordinación en la gestión de expedientes, desorganización de los procesos corporativos, dilación excesiva y falta de idoneidad en los resultados de estudio de mercado nacional y extranjero, así como retraso en la convocatoria de procesos de compra a cargo de la Agencia de Compra de las Fuerzas Armadas (ACFFAA)”, mencionaba Astudillo.

Esta dependencia creada por el humalismo ha tenido una vida accidentada, especialmente por quienes ejercían su jefatura.

Actualmente, Luis Alberto Huarcaya Revilla dirige la ACFFAA, aunque él fue designado como jefe interino en principio.

El actual titular del Mindef, almirante (r) Jorge Moscoso, deberá poner en orden a sus subalternos civiles y castrenses, en vista de las deficiencias profesionales y técnicas que llevan a probable derroche de dinero, por no decir corrupción.

¿Presiones accidentadas para la dilatada compra?

Apenas se instaló Pedro Pablo Kuczynski en Palacio de Gobierno, una de las primeras medidas en el sector Defensa fue la Resolución Ministerial N° 893-2016-DE/EP, fechada el 23 de agosto de 2016, cuando era ministro de Defensa Mariano Gonzales.

La norma autoriza que una delegación del Ejército visite las instalaciones de General Dynamics Land System, la fábrica norteamericana de blindados Stryker, esto a pedido del Gobierno peruano.

La visita tuvo lugar a fines de agosto y se prolongó hasta la primera semana de setiembre de ese año, tanto a la citada fábrica como a los almacenes de los M1126 Stryker, ubicados en Anniston, Alabama.

Poco después, entre la primera y segunda semana de noviembre del mismo 2016, la prensa especializada informó que la misma delegación se trasladó a la planta de vehículos de combate Arzamás, ubicada en la ciudad rusa de Nizhny Novgorod Oblast, para evaluar los blindados tipo BTR-80, BTR-80A y BTR-82A (8×8), así como los carros de recuperación (BREM-80U), de mando (BTR-80K) y de recuperación armada y reparación (BREM-L).

Los oficiales del Ejército luego tenían planes para visitar Corea del Sur para ver otros vehículos de transporte de infantería y, de pronto, la última misión a este país quedó suspendida “casi en la escalinata del avión”.

Esto porque el 5 de diciembre una dependencia del Departamento de Defensa norteamericano, la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa, anunció que había despachado al Congreso de su país un pedido de certificación para la venta al Perú de los M1126 Stryker por 668 millones de dólares.

Fuente Diario Expreso

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