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Se repartían la construcción de carreteras

Se repartían la construcción de carreteras

Todo estaba arreglado. Los colaboradores eficaces han proporcionado suficiente evidencia incriminatoria sobre cómo operaba el “Club de la Construcción”. Montaban licitaciones para cumplir las leyes, pero todo estaba organizado para que se llevaran los proyectos millonarios. Todos lo sabían.

“En 2011, Francisco López de Romaña Larraín, gerente comercial de OAS, buscó a Rodolfo Prialé de la Peña y le dijo que su jefe Valfredo de Assis Ribeiro Filho, conocido como “Pelé” quería reunirse.

“Dicha reunión se acabó y Valfredo de Assis le indicó a Rodolfo Prialé que había venido al Perú a trabajar como una empresa grande y que era de Brasil, para lo cual contaba con apoyo político del gobierno de turno, es decir, el gobierno de Ollanta Humala y le dijo a Prialé que sabía de la existencia del “Club de la Construcción” que manejaba las obras del MTC”, indicó a los colaboradores.

“Valfredo le solicitó a Prialé de la Peña que gestione una reunión con los representantes del club, señalándole a Rodolfo Prialé que prefería conversar él personalmente a que venga una orden del más alto nivel, es decir, de Palacio de Gobierno, de la pareja presidencial”.

La reunión se realizó en las oficinas de OAS, ubicada en Camino Real, San Isidro.

Los representantes del club aceptaron la integración de OAS y le dijeron a Assis que una de las reglas como empresa nueva es que debía esperar su turno para el final. Y así fue, según los colaboradores eficaces.

A dedo

Por esta obra, tanto Valfredo de Assis como Leonardo Fracassi Costa y Rodolfo Prialé acordaron la forma de pago mediante transferencias simuladas. Fue para el proyecto de la carretera Camaná-Quilca-Matarani-Ilo-Tacna, valorizado en 481,2 millones de soles.

“Carlos García Alcázar (exasesor del MTC) almorzó con Rodolfo Prialé de la Peña (operador) en el hotel Libertador de la avenida de Los Eucaliptos, en San Isidro. Ahí estaban Leonardo Fracassi, de la empresa OAS; así como un alto funcionario de Obrainsa; Renato Ribeiro, de Odebrecht; y Marco Aranda Toledo, de Cosapi. Discutieron por la obtención de la licitación de la obra consistente en la construcción de la carretera que iría desde Camaná hacia Tacna”, dijeron los colaboradores eficaces.

Obrainsa, Cosapi y OAS formaron el Consorcio Vial Quilca-Matarani, a la que se adjudicó la buena pro para la construcción y mejoramiento de una carretera. Obrainsa y Odebrecht formaron el Consorcio Vial El Arenal-Punta de Bombón.

“La obra de Servicio de Gestión y Conservación Vial por Niveles de Servicio del Corredor Vial EMP PE A4-B (Hualapampa-Sondor- Huancabamba-Acaipampa-Sacchabamba- Puesto Vado Grande-Sondor-Tabaconas-Ambato (Huancabamba-Canchaque y Socchabamba-Ayabaca), valorizada en 243,6 millones, estuvo arreglada”, apuntaron.

“La empresa Andrade Gutiérrez también arregló la obra rehabilitación y mejoramiento de la carretera Huaura- Sayán-Churín. Tramo Huaura-Sayán-Puente Tingo por S/ 488,9 millones”, informaron.

“El Tramo III-B Mejoramiento de la Vía Néstor Gambeta-Callao es otro proyecto amarrado con Andrade Gutiérrez por un monto de S/ 800 millones”, indicaron.

Los colaboradores eficaces han entregado evidencias de que las constructoras abonaban miles de dólares a los comités de licitación a cambio de recibir las adjudicaciones. Cuando los empresarios se interesaban en una obra, los funcionarios del MTC montaban supuestos concursos públicos. Siempre ganaban las compañías del “Club de la Construcción”.

Como parte del proceso de investigación del caso, el fiscal de Corrupción de Funcionarios Germán Juárez Atoche ha citado a los empresarios del “Club de la Construcción” para que deslinden responsabilidades.

No solo se trata de las constructoras brasileñas, sino de varios empresarios peruanos.

Fuente La República

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