“Mancada” es el nombre con el que se conoce a una maniobra históricamente redituable para los agentes corruptos: cobro de coimas. Exactamente por eso fue relevado de su cargo el director de ese presidio, coronel Tomás Garay Durand, a quien, supuestamente, habrían descubierto negociando una ‘colaboración’ de S/. 370 a un preso para otorgarle ciertos beneficios.
El caso llama la atención no tanto por la modalidad sino por el rango del principal involucrado: un oficial que realizó –en un año y medio de gestión–una serie de reformas que permitieron humanizar la vida del interno.
Mientras duren las investigaciones que realiza el Ministerio Público, Inspectoría General de la PNP y el Tribunal Disciplinario Policial, la dirección de la cárcel más hacinada del país ha sido asumida por el coronel Julio Castañeda Castillo, quien estaba destacado en la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes).
El coronel PNP Tomás Garay, entre tanto, ha sido puesto a disposición de la Dirección de Seguridad de Penales (Dirsepen).
El audio en el que se le escucharía pidiendo una coima habría sido entregado por un alcaide del penal a Inspectoría, así como a la Primera Fiscalía Provincial Mixta de San Juan de Lurigancho.
Supuesta venganza
Algunos delegados del penal y policías encargados de la seguridad interna revelaron a La República que se trataría de una campaña de desprestigio emprendida contra el coronel Garay por internos acusados por narcotráfico que habían jurado, desde hace varios meses, sacarlo del camino.
“Se habla incluso de la existencia de una bolsa de 35 mil soles”, dijo un oficial que evitó dar su nombre.
Explicó que cuando Garay asumió el cargo hace año y medio, en Lurigancho se encargó de desbaratar varias mafias enquistadas en el presidio.
«Sacó a 25 oficiales y subalternos denunciados por corrupción y eliminó las gollerías que tenían los narcos. Acabó con las celdas doradas y desarticuló las bandas de traficantes de drogas, hecho que permitió que el consumo de estupefacientes descendiera en un 70 por ciento», explicaron nuestras fuentes.
También fue amenazado. El número del teléfono celular de Garay es conocido por todos en el penal. «Usted es un traidor, se tiene que ir de la cárcel, no puede seguir ocupando su cargo», le advirtieron.
Cuando asumió como director descubrió cómo un grupo de policías facilitaba la entrada de droga y bebidas alcohólicas a la cárcel, y cambiaba de pabellones a los presos que pagaban.
También fue amenazado de muerte. “Por el bien de su familia” le dijeron que era conveniente que abandonara el cargo. “Tienen muy buenos datos tuyos y de tu familia”, le comentó un interno.
Claves
El director de Seguridad de Penales de la PNP, general Walter Orellana, aseguró que el cambio obedecía a una decisión del comando «por una sindicación».
El ex jefe del INPE Leonardo Caparrós opinó que Garay realizó importantes reformas y logros. “Es raro que ahora lo cambien por un supuesto audio que no es demostrado”, refirió.
Fuente La República
