La Comisión de Fiscalización del Consejo Regional ha iniciado la investigación para dilucidar los motivos de la paralización y la responsabilidad del Consorcio Tacna, empresa a cargo de ejecutar esa vía regional.
Dentro de la investigación se halló un dato revelador. Se advirtió que el exdirector de la Oficina Ejecutiva de Supervisión del Gobierno Regional, el ingeniero Raúl Flores Aquepucho, ocupó este año el cargo de gerente de proyecto dentro del Consorcio Tacna. Así lo informó y cuestionó el presidente de la comisión, Wilson Ayala Sanjinez.
Consorcio Tacna se adjudicó la licitación de la carretera en diciembre del 2016 por el monto de 16 millones 823 mil soles. Mientras que Flores Aquepucho se desempeñó como director de Supervisión desde agosto del 2015 hasta 20 de junio del 2016.
Para Ayala, el hecho que Flores tuviera acceso a información del proyecto y después laborara para la empresa que ganó la licitación es cuestionable éticamente.
En contratos del consorcio con sus proveedores, Flores Aquepucho figura como gerente de obra de la empresa Obras de Alta Ingeniería S Y S EIRL. Esta compañía fue constituida ante la Sunat el 14 de junio del 2016 y es una de las cuatro constructoras que integra el Consorcio Tacna.
NO SABÍA NADA
La República se comunicó con el ingeniero Flores vía telefónica para conocer su descargo sobre el caso. Él señaló que mientras estuvo al frente de la oficina de Supervisión, su despacho solo tuvo conocimiento y supervisión de la culminación del tramo dos de la vía Ticaco-Candarave.
Afirmó que desconocía por completo que a finales del 2016 se lanzaría la licitación del tramo tres ya que en ese entonces se carecía de presupuesto para ejecutar esa parte de la vía.
Flores refirió también que conoció al consorcio recién este año y laboró solo entre abril y mayo prestando una asesoría técnica. Sobre la aparición de su nombre y firma en contratos con proveedores, Flores indicó que el consorcio «tomó su nombre» para esos contratos pero sin ninguna responsabilidad.
«Ellos me pusieron (en los contratos) como una forma de representar (a la empresa), mas yo no tenía ninguna injerencia. Ellos (consorcio) hacían, quedaban, coordinaban con los proveedores. Yo no tuve ningún acuerdo ni llegué a pactar nada con ellos», declaró el ingeniero.
Fuente La República
