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S/ 6 millones del Plan de Incentivos se desviaron a otros menesteres

S/ 6 millones del Plan de Incentivos se desviaron a otros menesteres

En el 2014, durante la gestión de los alcaldes de la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh), Roberto Torres Gonzales y Elizabeth Montenegro Dávila, la Contraloría General de la República detectó que los recursos asignados exclusivamente para el cumplimiento de los fines y objetivos del Plan de Incentivos por un total de seis millones de soles se utilizaron con fines distintos, lo que originó que la entidad no cumpla con las metas y por ende deje de percibir tres millones 896 mil soles.

En la auditoría de cumplimiento que realizó el ente de control se evidenció que este hecho afectó el impulso de las reformas que tenían como objetivo lograr el crecimiento y desarrollo sostenido de la economía local y la mejora de la gestión municipal.

Entre los hechos que detalla la Contraloría está la contratación de Ana Cecilia Urcia Soriano como asesora del monitoreo del plan de incentivos por 15 mil soles, a pesar de que no estuvo acreditada la prestación efectiva del servicio, lo que generó un perjuicio económico.

El contrato fue suscrito el 31 de julio del 2014 por parte del gerente municipal César Regalado Rodríguez, hoy preso por el caso de “Los Limpios de la Corrupción”.

Asimismo se advirtió que 57 mil 624 mil soles se destinaron para el pago de personas que realizaron la recolección selectiva de residuos sólidos.

Aunque eso no fue todo, debido a que dos millones 539,503 soles fueron utilizados para pagar valorizaciones de la obra de mejoramiento de la pavimentación en las urbanizaciones Campodónico y San Martín.

Del mismo modo la remuneración de funcionarios, servidores y obreros se pagaron con tres millones de soles provenientes del Plan de Incentivos.

El órgano de control sostuvo que se transfirió 375 mil 332 soles a una cuenta aperturada por el ayuntamiento en el Banco Interbank supuestamente para el pago de trabajadores CAS; sin embargo, se desconoce el uso final de dicho monto.

Fuente La República

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