Trujillo. Los seis primeros meses del año estuvieron marcados por denuncias de irregularidades y presuntos actos de corrupción en diversos municipios de la región. La más recurrente y polémica se presentó en la municipalidad de Ascope, donde el alcalde Samuel Leyva López no da su brazo a torcer en la fiscalización electrónica implantada en la carretera Panamericana, pese a que no tiene injerencia en ella.
Las fotopapeletas las impone la empresa JM, ganadora de la buena pro, la misma que se trasladó desde Chicama hasta el sector La Arenita en Paiján. Ante esto, recientemente, por recomendación del propio presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, el Ministerio de Justicia interpuso una demanda de inconstitucionalidad contra la ordenanza emitida por la Municipalidad Provincial de Ascope por imponer sanciones en vías que no son de su competencia.
Tremendo despropósito
En la misma jurisdicción de Ascope, la municipalidad de Chicama construyó lagunas de oxidación en pleno lecho de la quebrada Quirripe, en Pampas de Jagüey. Obra que –como era de esperarse– durante el incremento de caudal en el reciente fenómeno del Niño Costero arrasó con toda la infraestructura valorizada en más de un millón de soles. El alcalde Fremio Olivares Gil pretendió evadir su responsabilidad aduciendo que las lagunas estaban fuera del cauce.
Mercado de alto riesgo
Otro hecho que ha causado sospechas de corrupción es el relacionado a la edificación del mercado de Virú en el sector La Alameda, precisamente, en un área considerada de alto riesgo. La obra demanda una inversión superior a los 7 millones de soles. Lo extraño del hecho es que días después de haberse declarado de alto riego el terreno donde se edifica el mercado, los técnicos de Defensa Civil cambian de opinión y califican el área como de mediano riesgo. La Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República investigan.
Fuente La Industria
