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Un llamado oportuno

Un llamado oportuno

La invocación a luchar de manera “implacable” contra la corrupción, formulada por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, tiene especial significación por el contexto que el país atraviesa en el combate contra los presuntos ilícitos denunciados respecto de grandes corporaciones que, según investigaciones en el extranjero, habrían incurrido en coimas para lograr la buena pro en obras licitadas en el Perú.

Se trata de un llamado oportuno porque este combate debe ser librado por los tres poderes del Estado y las autoridades del Gobierno central, de los gobiernos regionales y los concejos provinciales y distritales. El Poder Ejecutivo, en ese sentido, ha dado muestras de esa voluntad política con la aplicación de medidas preventivas y la emisión de decretos legislativos enfocados en tres ejes: prevención; persecución y sanción; además de rehabilitación y reinserción social de infractores.

Por ejemplo, el Jefe del Estado propuso la revisión exhaustiva de los parámetros para seleccionar al personal de alta dirección, con un filtro tal que impida la afectación del buen desempeño administrativo, seleccionando asesores idóneos y de probada solvencia ética y profesional, a fin de garantizar el buen uso de los recursos en la inversión pública o la inversión social.

Merced de las facultades legislativas delegadas por el Congreso, el Ejecutivo realizó, además, ajustes a la norma que establece la muerte civil para quienes cometen delitos de corrupción, y acabar así con la impunidad de malos funcionarios que aún siguen laborando en el Estado; modificó la Ley de Procedimientos Administrativos con el fin de uniformizar las reglas en las municipalidades y evitar el pago de coimas para la aceleración de expedientes o de trámites; fortaleció la Unidad de Inteligencia Financiera en aras de perseguir y erradicar el delito de lavado de activos; y modificó tipos penales para ampliar plazos de investigaciones preliminares y de prisión preventiva, con el objetivo de evitar la liberación indebida.

Del mismo modo, el Gobierno dispuso la mejora de los sistemas de colaboración eficaz, permitiendo que, incluso, personas privadas de la libertad puedan acogerse a dicha figura; brindó facilidades al Ministerio Público para que puedan investigar con agentes encubiertos, entre otros.

Como medidas complementarias, el Poder Ejecutivo creó el Sistema contra la Corrupción conformado por el Poder Judicial, Ministerio Público, la Policía y su sector en el área de Procuraduría y Defensa Pública; y modificó la Ley de Contrataciones con el Estado para evitar que compañías denunciadas y aquellas que ya han recibido sanciones por irregularidades participen en los futuros procesos de licitación.

Estos son algunos de los aportes que demuestran voluntad genuina de erradicar un mal que afecta a todos los estamentos del país. El marco legal ha sido reforzado y ahora resta que los agentes de lucha contra la corrupción utilicen los instrumentos necesarios para disminuir la incidencia de los ilícitos.

La invocación a luchar de manera “implacable” contra la corrupción, formulada por el Presidente, tiene especial significación por el contexto que el país atraviesa en este combate.

Fuente El Peruano

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