4 de julio de 2018. El Comité de Selección suspende la concesión para concluir y equipar el hospital Antonio Lorena del Cusco. Sus integrantes no aparecieron para dar a conocer al ganador del proceso, como estaba programado.
El gerente general del Gobierno Regional del Cusco, Ronal Concha, informó que habían decidido anular el concurso y retrotraerlo a la fase de integración de bases. Se había omitido incluir en las bases los cambios que sufrió el expediente y las observaciones de Osce. En la práctica se debía empezar todo de cero.
Dos meses después, en setiembre, la Región decidió anular todo el proceso porque no se garantizó presupuesto y la vigencia del expediente caducó. Este documento tendrá que ser actualizado. Lo más probable es que esa tarea la haga la siguiente administración. Aunque el gobernador, Edwin Licona, los vicios en el proceso echaron a tierra el sueño de los cusqueños de tener un nosocomio que podría atender a , dice que en un mes lanzarán la licitación. Aquel 4 de julio no solo se cayó la licitación, también el sueño de los cusqueños de contar con un hospital nuevo y moderno.
ERA UN SUEÑO
Hace 6 años (2012) la obra fue entregada al consorcio Salud Lorena, integrado por OAS. Pero su trabajo no culminó y quedó inconcluso. La infraestructura iba a servir para atender a 1 171 000 habitantes de la región Cusco, así como a pacientes referidos de hospitales de Puno, Apurímac y Madre de Dios. Iba a contar con 315 camas de hospitalización para los servicios de medicina, gineco-obstetricia, cirugía y pediatría. Además se proyectaba 48 consultorios para consulta externa, centro de hemodiálisis, salas de operaciones integradas, cirugía de día y operaciones híbridas, y otros servicios especializados.
Por la obra se derrumbó el local y se instaló el hospital de Contingencia. Antes los médicos atendían a unas 800 personas pero con el local provisional su capacidad de resolución se redujo al 40%. Sin embargo, por la alta demanda siguen atendiendo a casi la misma cantidad de pacientes de manera precaria.
ENTRETELONES
Poco se sabe sobre por qué se anuló la concesión. La noche del 7 de junio se confirmó la intempestiva renuncia de Bernardino Marín Castillo al Comité de Selección. Marín estuvo casi todo el proceso a pesar de críticas, observaciones de Contraloría y dilaciones de los plazos del concurso. Hubo hasta 15 postergaciones.
Tras ello, se reconformó el Comité de Selección que prosiguió con el concurso. Licona, su gerente general Concha, y el director de Salud, Javier Cuno, se encargaban de “calmar las aguas” con un mismo discurso: “Contraloría ha dicho que todo el proceso es transparente y seguirá adelante”.
En el interior de la Región había voces que decían que todo estaba “cocinado” para favorecer a una de las empresas. El nuevo presidente del comité, Ronald Gabriel Chuquimantaro, continuó el proceso. El 19 de junio se abrió las ofertas económicas de los consorcios Salud Lorena y San José. Concluido el proceso, se convocó a la entrega de la buena pro para el 26 de junio a las dos de la tarde. Aquel día fijaron el 4 de julio como nueva fecha de adjudicación. Luego todo se anuló.
La suspensión generó reacciones. Alfio Cirami, representante legal de la empresa Pizzarotti, sostuvo que sospechan que detrás de la medida hay intereses. “Quizás alguien pensaba que iba a ganar pero al ver que no lo iban a hacer han anulado el proceso”, señaló.
Servidores de la Región señalan que las postergaciones fueron para favorecer al consorcio Hospital Lorena, integrado por Pizzarotti & C.S.P.A y Medstep Perú S.A.C. Dicen que Medstep Perú no podía consorciarse con Pizzarotti por tener solo una capacidad máxima de contratación de 900 mil soles, cuando debía tener mínimamente 2 millones de soles.
No se sabe con certeza qué pasó en todo el proceso. Lo claro es que el Lorena sigue abandonado.
Estas fueron las propuestas de los consorcios
En el proceso nulo del 2018, participaron los consorcios Hospital Lorena (Pizzarotti & C.S.P.A y Medstep Perú S.A.C.) y San José (Constructora San José S.A. y San José Constructora Perú).
Hospital Lorena ofreció concluir la obra y equiparla con S/ 229 781 858. De ese monto, S/ 112 881 836 era para obras físicas, S/ 111 667 691 para equipamiento, y S/ 5 232 331 para obras accesorias. Con el mismo monto, San José quería hacer el proyecto hospitalario. La diferencia estaba en el costo de los componentes. Para concluir el nosocomio, requería S/ 102 535 178, para equipar S/ 121 039 337, y para obras accesorias S/ 6 297 342.
Fuente La República
