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Corrupción y control: ¿Tuvimos contraloría?, por Diana Seminario

Corrupción y control: ¿Tuvimos contraloría?, por Diana Seminario

Acusaciones, dichos y entredichos, largas audiencias judiciales, medidas de prisión preventiva. El país viene siendo sacudido en las últimas semanas por un terremoto de destapes de corrupción que pone al sistema democrático en vilo y a la clase política en parálisis. Nadie sabe quién será el próximo.

La decisión del juez Richard Concepción Carhuancho de dictar prisión preventiva a los principales directivos de las empresas que formaron consorcios con la brasileña Odebrecht nos hace pensar que en adelante ya nada podrá sorprendernos y que esta medida –cuestionada por varios– resulta ejemplarizante.

Quizás en adelante las empresas no solo deberán tener más precaución en elegir a sus socios, sino también no podrán hacerse las de la vista gorda ante irregularidades disfrazadas de “riesgos”.

Las sospechas que se ciernen sobre la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán resultan graves, pues las supuestas irregularidades cometidas con la otrora todopoderosa Odebrecht se dieron cuando ella era funcionaria en actividad. Es decir, no era candidata, sino que siendo alcaldesa habría recibido financiamiento para la campaña contra la revocación y para su reelección.

El caso de las empresas socias de Odebrecht también se dio en el marco de inmensas contrataciones con los gobiernos de turno.

Luego de conocerse, en diciembre del año pasado, justo antes de Navidad, las fechorías cometidas por la constructora brasileña en contubernio con autoridades latinoamericanas, se destapó la olla y en el Perú somos testigos de las consecuencias de estas confesiones, que parece que las conoceremos con cuentagotas. No queremos imaginar que la información se va dosificando según el contexto político, o el tamaño del enemigo.

Ante esta realidad, la pregunta se cae de madura: ¿Qué pasó durante todos estos años con nuestros sistemas de control? ¿Tuvimos contraloría?

Sabemos que el fallecido contralor Genaro Matute puso serios reparos a la Interoceánica durante el gobierno de Alejandro Toledo, pero también sabemos que fue Fernando Olivera quien ayudó a “destrabar” el asunto en la contraloría y de esto se jactaba el propio ‘Popy’ cuando fungía de leal escudero de Toledo.

¿Y qué pasó en adelante? ¿Algo qué decir, ex contralor Fuad Khoury? ¿Tanto nos hemos equivocado?

Nos hemos tenido que enterar por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de que Odebrecht había pagado sobornos en 12 países de América Latina y África desde el 2004.

Los excesivos sobrecostos de las megaobras de infraestructura, la generosa contratación de la Municipalidad de Lima en la gestión de Villarán que “entregó” los peajes a los brasileños parece que no llamó la atención de los sistemas de control. ¿O sí?

Tremendo reto que tiene por delante el contralor Nelson Shack. No podemos esperar otros 15 años para despertar cuando tengamos a la corrupción enlodando a todo nuestro sistema. El momento es ahora.

Fuente El Comercio

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