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Bicentenario: nuestra gran oportunidad, por Patricia Balbuena Palacios

Bicentenario: nuestra gran oportunidad, por Patricia Balbuena Palacios

¿Quién no se ha emocionado y enorgullecido con la participación de nuestra selección en el Mundial? La entrega y compromiso de los seleccionados es una muestra de que los peruanos y peruanas somos capaces de lograr lo que nos proponemos cuando lo hacemos con dedicación y como integrantes de un solo equipo. Así, la selección ha hecho evidente la importancia de plantearnos metas claras; de entender el éxito como el resultado de un proceso que, lejos de ser inmediato, se extiende en el tiempo; de hacer de la unión nacional el vehículo para convertir en realidad lo soñado.

La celebración del bicentenario de nuestra república es una oportunidad histórica para plantearnos las metas que debemos superar como país. ¿Cuáles son los grandes desafíos y apuestas? ¿Cuáles son los sueños que buscamos hacer realidad? ¿Cuál es el Perú en el que queremos vivir y queremos que crezcan nuestros hijos?

Por ejemplo, en 1921 las mujeres aún no podíamos ejercer nuestro derecho al voto; los indígenas y los afroperuanos, tampoco. Era un país pensado desde Lima, que estaba en busca de una identidad propia y aún en proceso de definir sus fronteras. Pero, sobre todo, el Perú era un país en el que las diferencias de clase y castas eran vistas como normales y constituían un sistema de discriminación por origen, lengua y cultura.

Muchos hombres y mujeres se permitieron pensar en un país distinto. Si bien nuestra historia nunca ha seguido un patrón lineal hacia la democracia y el respeto de los derechos ciudadanos, hoy vivimos en un país diferente al del centenario, que crece económicamente y vive la etapa democrática más duradera de su historia. Pero esto no debe impedirnos reconocer que aún nos enfrentamos a obstáculos para que todos los peruanos (y, sobre todo, las peruanas) puedan ejercer sus derechos según los valores de igualdad y justicia que inspiraron, en primer lugar, la formación de la República del Perú.

De cara al bicentenario, nuestro reto más grande está en la integración, en la construcción de una mirada compartida de país y en la consolidación del camino hacia un desarrollo equitativo y sostenible. En esa dirección apunta la publicación de la política general de gobierno al 2021 que se suma a los ejes estratégicos del Plan Bicentenario de Ceplan y nuestros compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Para esta fecha de conmemoración tendremos inauguradas obras de gran impacto, con énfasis no solo en infraestructura, sino también en el bienestar de las personas y en la herencia que dejaremos a las próximas generaciones. Todos los ministerios se encuentran trabajando en una cartera conjunta de entregas que de aquí al 2021 estarán al servicio de la ciudadanía. A ello se sumarán los proyectos desde cada región. Trabajar para cerrar las brechas de desigualdad y discriminación es el mejor legado que podemos darle a nuestro Perú.

Desde el sector Cultura inauguraremos, por ejemplo, el Museo Nacional (MUNA): un espacio que dé cuenta de nuestra evolución histórica y nuestra cultura milenaria. También tendremos obras como la modernización del local histórico de la Biblioteca Nacional, institución emblemática que cumplirá también su bicentenario, y darles más voz a las regiones desde la plataforma del Instituto Nacional de Radio y Televisión.

Sabemos que los jóvenes son los protagonistas en la construcción del futuro de esta nación y son los llamados a movilizarse desde su esperanza a asumir los retos del cambio. Estamos llenos de ejemplos ciudadanos de la fuerza de nuestra gente. Los hemos visto levantarse ante situaciones críticas como El Niño costero, triunfar en espacios internacionales o cantar y tocar como los niños y niñas de Sinfonía por el Perú. La pobreza, la distancia geográfica, la falta de oportunidades no han sido impedimento para detener esa vitalidad que hemos heredado de nuestros antepasados y que se mantiene viva en cada rincón de nuestro país.

El bicentenario es una oportunidad que nos obliga a generar espacios de diálogo y consenso sobre lo que queremos lograr como país. La selección nacional de fútbol ha dado el primer paso al reafirmar que alcanzar nuestras metas toma tiempo, trabajo y convicción, y que para cambiar la realidad hay primero que imaginarla, luego construirla, para un día no muy lejano poder celebrarla. Empecemos hoy.

Fuente El Comercio

Nota de redacción:

Hace unos días hicimos pública nuestra Propuesta: “Al Bicentenario sin corrupción” 

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