En el segundo gobierno del expresidente Alan García se promovieron los denominados colegios emblemáticos (centenarios y de larga trayectoria en la educación); pero a la fecha varias instituciones tienen problemas para dar el mantenimiento a la renovada infraestructura que se edificó por la falta de presupuesto, como ocurre con el Colegio Nacional San José de Chiclayo, que recibe S/ 30,000 al año cuando sus gastos superan los S/ 70 mil al mes.
En otros casos todavía no se concluye con la construcción de varias instituciones educativas, como sucede en Piura. En esta región norteña fueron declaradas como emblemáticas tres planteles: San Miguel, que ha sido entregado al 100%; sin embargo, los colegios Nuestra Señora de Fátima de Piura y Carlos Augusto Salaverry de Sullana están inconclusos, básicamente porque las contratistas incumplieron los plazos establecidos en los contratos, debido a una serie de observaciones y problemas en las construcciones.
En el caso del Colegio Nuestra Señora Fátima, cuyos trabajos se iniciaron hace dos años, aún no se culminan y actualmente el consorcio que tiene a cargo el saldo de obra se encuentra en un 90% de avance. Pese a ello las alumnas y profesores ya hacen uso de la infraestructura, ya que venían recibiendo clases en un local prestado, el cual no contaba con los ambientes seguros para las dos mil estudiantes.
A través del Informe de Acción Simultánea Nº 373-2018-CG/EDU-, la Contraloría General de la República advirtió al Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied), en el caso de este plantel, que las modificaciones a los planos sin sustento técnico generan el riesgo de sostenibilidad de la edificación y su resistencia, afectando el comportamiento sísmico de las estructuras.
OTRA REALIDAD
Han transcurrido tres años y la ansiada reconstrucción del Colegio Carlos Augusto Salaverry aún no puede ser concluido. A puertas de celebrar su 72º aniversario, los más de mil 500 alumnos siguen esperando el dictado de clases en un ambiente renovado.
El plantel comenzó a ser reconstruido en el gobierno del expresidente Ollanta Humala, el 19 de noviembre del año 2015, y tenía un plazo de ejecución de 360 días calendarios; sin embargo, los representantes del Pronied decidieron rescindir contrato con la empresa Canri (en octubre del 2016), debido al lento avance de la obra (solo tenía avance de 32%). Han pasado tres gestiones gubernamentales sin que se pueda terminar la edificación.
En noviembre del año 2017, el Pronied firmó contrato con la empresa H y H Contratistas Generales para culminar los trabajos con un presupuesto de S/ 25’450,780. Según informó la empresa, se encontró serias deficiencias en la construcción, observaciones que fueron ratificadas por la Contraloría, que identificó riesgos en la ejecución contractual de la obra.
Observaciones
A través del Informe de Acción Simultánea Nº 373-2018-CG/EDU se advirtió que la elaboración del expediente técnico del saldo de obra del colegio de Sullana carece de un informe de evaluación estructural (pabellón 5), generando el riesgo en el comportamiento sísmico de la edificación y posibles adicionales de obra por fallas de corte o fallas de flexión (deterioro), así como de derrumbes y accidentes en la infraestructura.
Además, en la elaboración del expediente técnico de saldo de obra no se consideran las fisuras en el fondo de piscina, y la presencia de fierro corrugado expuesto y corroído generan riesgo de pérdida de estanqueidad (posibilidad de fuga de agua).
Asimismo las redes eléctricas de cómputo que atraviesan los muros portantes de la estructura crean el riesgo de cambio estructural, afectando el comportamiento sísmico de la edificación y su resistencia, así como mayores gastos por las modificaciones que podrían realizarse, las mismas que no fueron consideradas en el expediente técnico del saldo de obra.
Según señaló la contratista, la obra debe culminarse el 18 de octubre de este año.
Fuente La República
