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Estado Desabastecido: durante el 2019 solo se efectuó el 40% del presupuesto destinado a la compra de medicamentos

Estado Desabastecido: durante el 2019 solo se efectuó el 40% del presupuesto destinado a la compra de medicamentos

“De acuerdo con la Superintendencia Nacional de Salud el 75 % de peruanos que reciben atención en el sector público no encuentra los medicamentos que les son recetados”, señala Carla Sifuentes presidenta de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (Anacab) a CARETAS. El desabastecimiento de medicamentos en el sector público es un problema enraizado en el Perú desde hace años y que afecta a más de 20 millones de peruanos afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS).

Cabe destacar que el principal actor en el mercado de medicamentos es el Estado con más del 90% de la población dentro del sector público y el 78% de la dispensación de medicamentos. “Durante el 2019 solo se efectuó el 40% del presupuesto destinado a la compra de medicamentos, todo debido a problemas en la gestión de compra”, agrega Abel Salinas, exministro de Salud durante el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.

«A la falta de ejecución presupuestal, se le suma la mala gestión en la distribución», afirma Salinas.

El principal modelo de  adquisición de medicamentos por parte del Estado es la gran compra corporativa. Mediante este sistema todas las unidades ejecutoras autónomas envían una lista de medicamentos al Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) organismo ejecutor de compra y que busca conseguir el menor precio posible en base al volumen de la adquisición. “El problema con este método está en la gestión de la compra la cual puede demorar meses debido a la burocracia implicada en ella”,  detalla  Salinas y agrega que, ante el prolongado tiempo de espera, las unidades ejecutoras prefieren gestionar compras centralizadas de acuerdo a lo que necesiten.

Ambos tipos de compras (centralizadas y corporativas) están sujetas a la Ley de Contrataciones del Estado, que considera las compras de salud iguales a la compra cualquier otro artículo no crítico y, por tanto, sujeta a mecanismos y plazos de concurso excesivos (tres a seis meses), frecuentemente anulados o retrotraídos, con grandes desviaciones, con respecto a lo que en realidad se necesita, por tener que comprometer la compra con demasiada anticipación. Cuando los plazos de las compras centralizadas se prolongan, estas son delegadas a cada hospital o red que, a su vez, aplica el mecanismo de compras directas menores a ocho UIT (S/ 33,600 ).

Exministro de Salud, Abel Salinas.

“A la falta de ejecución presupuestal, se le suma la mala gestión en la distribución, la cual genera que dentro de los más de 8000 establecimientos de salud algunos tengan stock crítico, con las medicinas agotadas o por agotarse, mientras que otros cuenten con medicamentos para tres años”, añade el exministro.

Por su parte, José Ignacio Beteta, presidente de la Asociación de Contribuyentes del Perú, agrega que “la burocracia afecta desde el proceso de compra, ya que muchas veces se busca solo los medicamentos más baratos, impugnando la compra de medicamentos innovadores (aquellos resultantes de un proceso de investigación y que cuentan con patente)”.

“Si las personas no encuentran medicamentos en el seguro social, cruzan la calle y van al sector privado a comprarlo».

De hecho, el tiempo de espera de ingreso de nuevos medicamentos es tan largo que, por ejemplo, el Bortezomib, fármaco que permite combatir la leucemia, ingresó a nuestro país 15 años después de la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) o el Trastuzumab, para el cáncer de mama, 18 años después.

“Los sistemas que maneja el Estado son obsoletos, ya que no tienen un sistema digital que permita monitorizar que entra y sale de los anaqueles de las farmacias del Estado, existe una reticencia a la innovación”, agrega Beteta. Por ejemplo, los códigos de barra, existentes desde los años 60 para monitorear la trazabilidad de artículos a lo largo de su paso por almacenes y farmacias, son prácticamente inexistentes en el sistema de salud, lo cual es impensable en la era digital. De tenerlos, tendríamos información de entradas y salidas en cada paso de la cadena de suministros y, con los sistemas de información que existen en el mercado desde hace años, podríamos estimar la demanda de medicinas e insumos médicos.

“Si las personas no encuentran medicamentos en el seguro social, cruzan la calle y van al sector privado a comprarlo”, observa Salinas. Situación que se asentó durante los primeros meses de la pandemia por COVID-19 donde medicamentos tan comunes como el paracetamol se esfumaron de los anaqueles de farmacias y boticas. “Los principales medicamentos comprados por la población son los genéricos y estos fueron los primeros en agotarse”, explica Beteta.

Carla Sifuentes, presidenta de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (Anacab).

La demanda de medicamentos genéricos se ha casi quintuplicado durante la crisis sanitaria.  “Si el Estado, que es responsable del 78% de la dispensación de medicamentos, está desabastecido, la población busca conseguirlos en el sector privado, generando un desabastecimiento temporal originado en la mala gestión del Estado”, señala Sifuentes. Los genéricos fueron los primeros en agotarse en las farmacias y boticas privadas.

Los medicamentos en Perú son 37% más baratos en comparación con Latinoamérica siendo los genéricos puros 70% más económicos, según un estudio realizado por Ipsos a 73 medicamentos en siete países de la región. “Esto sucede debido a la falta de calidad a la hora de elaborar los genéricos: sólo es necesario obtener el Registro Sanitario y  que el producto tenga los mismos efectos y similar composición química al medicamento cuya patente caducó sin estudiarse los efectos secundarios que pueden causar”, agrega la presidenta de Anacab. El exministro Salinas agrega que existe una falta de control de calidad en las boticas independientes, generando dudas sobre la procedencia de sus medicamentos.

“La burocracia afecta desde el proceso de compra, ya que muchas veces se busca solo los medicamentos más baratos, impugnando la compra de medicamentos innovadores», señala Beteta.

“La falta de control de calidad puede ser cierta para el bajo precio en las farmacias independientes, pero si las grandes cadenas pueden ser competitivas a bajo precio es debido a que el desabastecimiento del sector público genera una mayor demanda hacia el sector privado”, insiste Beteta.

Dentro del sector privado Retail Pharma (Inkafarma y Mifarma) cuenta con el 14.3% del total de farmacias privadas en el Perú; adicionalmente, es propietaria de Química Suiza, distribuidora que alcanza el 21% del mercado.

El problema del desabastecimiento no tiene para cuando acabar y parece que seguirá durante el próximo año. El Proyecto de Ley de Presupuesto Público para el 2021 asigna a Cenares solo S/ 250 millones para la adquisición de productos farmacéuticos, dispositivos médicos y productos sanitarios en beneficio de los afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS). Es una drástica reducción, que solo alcanza en promedio al 30% de lo asignado en los años precedentes; por ejemplo, S/ 861 millones del año 2018 y S/ 668 millones del 2019.

Fuente Caretas

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